Otra vez.
Otra vez, los domingos melancólicos.
Sin saber que hacer, sentados en el lago.
Viendo como pasan los minutos para volver al dia siguiente.
Ahí, a ese sitio.
Otra vez.
Otra vez, los nervios, las prisas.
Lamentos por no pasar la prueba.
Por no presentar todo a tiempo.
Otra vez.
Otra vez, vuelve el monstruo que nos quita 6 horas diarias de vida.
Nos desilusiona, y nos causa las peores sensaciones...
Y es que...
Otra vez.
Otra vez.
Otra vez.
Otra vez...
Hasta que nuestro aliento se seque, hasta que los ojos se ciegen.
Y una más...
Hasta que nuestras vidas... ya no sean vidas.
sábado, 16 de enero de 2010
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